El CNLSE celebra el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas 2018
Una vez más, el CNLSE se suma a la conmemoración de las lenguas de signos españolas, y no quiere dejar pasar esta oportunidad para recordar que son lenguas de cultura, que atesoran lo más preciado de una comunidad y que, sin duda, están empoderando a las personas sordas, sordociegas y a sus familias. Hoy, 14 de junio, queda reservado para hacer un ejercicio colectivo de reconocimiento de estas lenguas, de modo que sirva para promover su difusión y normalizar su uso. Una ocasión magnifica para recordar el papel fundamental que juegan para la transmisión de ideas, la relación personal y social, y el intercambio de conocimiento.
A lo largo de la historia, muchos han sido los avatares que podrían pronosticar la debilidad de estas lenguas hasta su desaparición. Sin embargo, el firme tesón de su comunidad usuaria y el despertar de la sociedad al valor que reside en cualquier lengua, han hecho de las lenguas de signos españolas, auténticas supervivientes del panorama lingüístico y la diversidad cultural que nos define.
Se requieren gestos como la celebración de este día para ganar fuerzas a favor de la protección y promoción de la lengua de signos española, pues no es suficiente con que se persiga su uso en determinados contextos, en detrimento de otros más poderosos como el científico, el académico o el cultural. Se agradecen los esfuerzos por difundir esta lengua a través de las tecnologías de la información y la comunicación, o la profusión de cursos para que sea cada vez más conocida. Sin embargo, ha llegado el momento de actuar de forma comprometida, con la formación y cualificación profesional de docentes, intérpretes y mediadores de manera diferenciada. Ha llegado el momento de garantizar la transmisión de la lengua de signos española, así como el acceso a la enseñanza y aprendizaje de esta lengua con criterios de calidad. El tratamiento de esta lengua dentro y fuera de las aulas ha de ser igualitario y con el debido respeto a su comunidad lingüística usuaria, las personas sordas y sordociegas. Todo ello, a través de una planificación conjunta para preservar, documentar, valorizar y difundir la lengua de signos española desde la perspectiva de los derechos lingüísticos, para el favorecimiento de las condiciones vitales de dicha comunidad.
Las lenguas y las culturas, como las personas, son iguales en dignidad y forman parte del patrimonio general de la humanidad. Y con la lengua de signos española, o cualquier otra lengua de signos, “se puede adquirir toda la información, todo el conocimiento y en el seno de la comunidad signante, toda la felicidad”, como manifestara en cierta ocasión el profesor Ángel Herrero, pues representa algo de lo humano que no puede ser sustituido, y forma parte del futuro de su propia comunidad.