La lengua de signos en Extremadura [vídeo]
Temas
Detalles
La suposición de que todos los miembros de una misma comunidad lingüística hablan exactamente la misma lengua es una creencia denominada por Lyons (1981) ficción de homogeneidad. Esta pretendida estandarización lingüística provoca actitudes como el menosprecio por la variación en las lenguas, una actitud explicable por el gran predominio de las variedades estándar recogidas en gramáticas y diccionarios de las lenguas y que tiene como consecuencia la estigmatización de las variantes. En las lenguas visogestuales la creencia de la ficción de homogeneidad es tan extrema que los desconocedores de las lenguas de signos señalan la conveniencia de una lengua de signos universal. Para desmontar esa creencia han florecido numerosos estudios diatópicos sobre las lenguas de signos del mundo que han permitido que el catálogo de lenguas Etnologue (2022) incluya cerca de 200 lenguas signadas. En el estado español, por medio de la Ley 27/2007, de 23 de octubre, se reconocen dos lenguas, la Lengua de signos española (LSE) y la Lengua de signos catalana (LSC). Un estudio general sobre el lenguaje de signos como el de Maria Ángeles Rodríguez (1992) y dos estudios dialectales sobre la lengua de signos; el de Chapa Baixauli, (2005) y el de Parkhurst y Parkhurst, (2002) son muestra de las diferencias entre las variantes diatópicas en las lenguas de signos del estado español. Una herramienta lingüística, el corpus CORALSE (2016), presenta una fotografía de la realidad de la LSE en diferentes zonas geográficas del estado español. En el trabajo que presentamos exponemos las primeras reflexiones lingüísticas sobre las variaciones de la LSE en la comunidad de Extremadura documentadas en CORALSE teniendo en cuenta además las descripciones de otros investigadores como la Federación Extremeña de Asociaciones de Personas Sordas, (FEXAS) y las de Inmaculada Sánchez Casado y Benitez Merido de (2003, 2009 y 2011).
Comunicación presentada en el Congreso CNLSE 2022.