Derechos de las personas sordas y sordociegas en prisión
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La discapacidad en prisión y los ámbitos afectados por las inadaptaciones del entorno penitenciario son una realidad desconocida no sólo para la ciudadanía en general, sino para las propias profesionales del derecho. Este desconocimiento obedece no tanto a aspectos cuantitativos (4.823 reclusos presentaban a finales del 2017 algún tipo de discapacidad, es decir, en torno a un 10% del total), sino más bien a su ausencia en la legislación. La normativa penitenciaria ignora la situación y las necesidades específicas de las personas presas con discapacidad.
Por lo tanto, el objetivo de esta guía es mostrar la realidad de la discapacidad auditiva en prisión que ha existido siempre, pero de la que se habla desde hace poco, y que condena a las personas sordas privadas de libertad a la invisibilidad y a la exclusión a causa de las barreras que encuentran para dar traslado de sus necesidades y reclamaciones por sí mismas.