Algunas reflexiones sobre la convivencia de las lenguas de signos con el español
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En los países hispanohablantes, las lenguas de signos conviven con el español y otras lenguas orales en espacios que van desde el cerebro de la persona bilingüe hasta el territorio que comparten signantes y hablantes. Aunque las lenguas signadas y orales tienen mucho en común, también se diferencian en aspectos como la modalidad, su historia y las culturas relacionadas. El presente artículo hace un recorrido por algunos de estos espacios de convivencia, subrayando la asimetría en el reconocimiento y la valoración que las lenguas signadas tienen con respecto a sus hermanas orales.
Este trabajo comienza definiendo las lenguas de signos. Después se repasa su origen, su número, su interés como objeto de estudio y su inclusión en el volumen complementario del Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación. Volumen complementario (Consejo de Europa, 2021). A continuación, se revisa la convivencia de estas lenguas y su preferencia de uso por parte de las personas sordas, así como su reconocimiento legal. El siguiente punto se centra en la presencia y uso de la lengua de signos española (LSE) como símbolo de identidad y expresión cultural. El artículo concluye con unas reflexiones que pretenden desentrañar algunos interrogantes sobre la relación de las lenguas de signos con el español.
En Instituto Cervantes (Ed.), El español en el mundo 2023: Anuario del Instituto Cervantes (pp. 177-202).