La linealidad como rasgo de diseño del lenguaje: el reto de las lenguas de signos
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El punto de partida coincide parcialmente con el de Salazar (2010); es decir, la problemática relación existente entre las lenguas de signos y algunos de los rasgos de diseño tradicionalmente postulados para la caracterización semiótica de las lenguas humanas. En este caso, el rasgo que se toma en consideración de modo prioritario es el de la linealidad (omitido inicialmente por Hockett, pero no por otros autores, como Serrano). Curiosamente, ha sido la lingüística de las lenguas de signos, en una tradición iniciada por Stokoe, la que ha cuestionado el cumplimiento de este rasgo, sobre la base de que la articulación de los signos manuales se caracteriza básicamente por la simultaneidad. Frente a eso, en este trabajo se ofrecen diversos argumentos que ponen de relieve que las lenguas de signos sí cumplen este rasgo de diseño, en términos esencialmente análogos a como lo hacen las lenguas orales. Ciertamente, existen fenómenos simultáneos en la articulación de las lenguas de signos, pero no constituye un hecho diferencial de las mismas, ya que la simultaneidad también puede ser documentada ampliamente en las lenguas orales. Lo importante es que, en ambos casos, los hechos simultáneos actúan como linealidades paralelas. Por ello, debe admitirse que es la linealidad, y no la simultaneidad, la que marca la impronta semiótica de todas lenguas naturales humanas, independientemente de su canal de transmisión.
En: Vicente Marcet, Carmen Quijada y Marta Torres (eds.). "Pro Lingua".